Bienvenidos a EnganchaMente
El rincón donde las historias cotidianas se retuercen, se agitan y se cuentan con humor, ironía y una pizca de absurdo.
EnganchaMente es un alto en el camino para quienes van por la vida sin manual de instrucciones. Para los que no encajan, pero a los que les da igual. Una parada breve pero inevitablemente recurrente.
No vinimos al mundo para encajar. Se intentó, pero nos quedó pequeño.
Aquí no hay discursos solemnes ni normas sagradas.
Hay preguntas incómodas, carcajadas inesperadas y reflexiones que se cuelan en tu mente mientras lavas los platos.
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Este espacio es para ti si:
- Te ríes hasta en los velatorios y haces chistes en los momentos menos oportunos.
- Ves la vida como un monólogo de comedia y cada tropiezo como un sketch.
- Tu sentido del humor es tan afilado que podrías untar mantequilla
- Las reuniones familiares son tu escenario y tu tía, tu víctima favorita.
- Disfrutas más con un buen juego de palabras que con una buena comida.
- Tienes el superpoder de convertir cualquier tragedia en un chiste.
- La ironía es tu idioma nativo y el sarcasmo, tu dialecto.
- Si cada conversación contigo parece un episodio de Saturday Night Live.
- Cuando la vida te da limones, tú los usas para hacer bromas en vez de limonada.
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Este blog NO es para ti si:
- Crees que el sarcasmo es una enfermedad y la ironía, un defecto de fábrica.
- Prefieres un silencio solemne a una carcajada espontánea.
- Piensas que la risa es una distracción innecesaria en el camino de la rectitud.
- Consideras que la vida es demasiado importante como para tomarla a broma.
Entonces… Bueno, quizá este no sea tu sitio.
O quizá sí, y necesites quedarte un rato.
EnganchaMente es esa voz que desmonta tradiciones con un «pero eso no tiene sentido».
Es como quien revisa la fecha de caducidad del yogur: mira las normas con desconfianza e ignora las que huelen mal.
A veces confundimos, otras irritamos y, de vez en cuando, hacemos que alguien se replantee su existencia en la fila del supermercado.
Puedes admirarnos, criticarnos o debatir sobre si estamos locos.
Lo único que no puedes hacer es ignorarnos.
Porque un día decidimos que la idea absurda que se nos ocurrió en la ducha merecía la pena ser probada… y aquí estamos.
Mientras el mundo duda si estamos locos, nosotros seguimos adelante.
Y, a veces, solo a veces, resulta que tenemos razón y hay que reírse más.
Porque, sin EnganchaMente, el mundo seguiría siendo cuadrado, predecible y aburrido.
Porque las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo cambian.
Piensa diferente, vive diferente, ríe diferente.
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