Si siempre te toca la caja más lenta del supermercado, no eres el único. Descubre cómo sobrellevar esta situación con humor y una solución inesperada.
El universo conspira en mi contra
No es una teoría conspirativa ni una paranoia personal. Es un hecho: siempre me toca la caja más lenta del supermercado. Da igual si hay diez cajas abiertas, si el supermercado está vacío o si elijo la que parece ir más rápido. Al final, mi caja se convierte en un episodio de «Pesadilla en la cola».
A ver, que una vez pase, vale. Dos, bueno. Pero todas las veces… ¡El universo conspira en mi contra! Es como si el destino tuviera un departamento exclusivo para fastidiarme en la compra.
Cliente con «mal de caja lenta»
Puede que no esté diagnosticado clínicamente, pero lo sufro en silencio (o no tanto). Miremos los datos:
- Cambio de caja y la que dejo se vuelve exprés. Un clásico. Me harto de esperar, me cambio y de repente la señora con el carro repleto ya ha pagado, embolsado y salido por la puerta.
- Me toca el «cliente especial». O se olvidó de pesar los tomates, o está sacando los cupones del 97, o tiene 10.000 monedas de céntimos.
- Problema con el sistema. Porque justo en mi turno el lector de códigos decide jubilarse o la caja necesita «autorización del supervisor», que por supuesto, está en la luna.
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Y entonces, aparece «el picahielos»
La otra tarde, mientras agonizaba en la cola viendo cómo alguien pagaba con un cheque (!!!), me fijé en la señora de al lado. Ahí estaba, con una sonrisa serena, como si estuviera en un spa en vez de en la trinchera del supermercado.
La clave: iba picando hielo con una maquinita portátil. Como si estuviera preparando la mejor caipirinha de su vida en pleno Mercadona.
Cómo convertir la tortura en un placer
A ver, si la vida te da limones, haz mojitos en la cola del supermercado. Y para eso necesitas una máquina para picar hielo.
Ventajas de esta solución revolucionaria:
- Puedes desestresarte picando hielo mientras esperas.
- Si te miran raro, piensa en los que pagan con cheque en 2024.
- Aprovechas el tiempo preparando el hielo para una bebida refrescante en casa.
- Y lo mejor: cuando te preguntan «¡Anda, y eso dónde lo compraste?», sueltas tu monólogo sobre la importancia del hielo picado en la vida moderna y ya tienes entretenida a la cola entera.
¡Pasa del sufrimiento al entretenimiento!
A partir de hoy, voy al supermercado preparado. Cola lenta? No pasa nada. Saco mi máquina de picar hielo y me preparo mentalmente para la mejor bebida post-cola. Si el universo conspira en mi contra, al mal tiempo, buena cara… y hielo picado!
¡Tú también puedes convertir la espera en algo divertido!
Y que las colas interminables del supermercado se conviertan en un pequeño placer inesperado.
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